miércoles, 30 de marzo de 2011

William Faulkner

La sabiduría suprema es tener sueños tan grandes 
que no puedas perderlos de vista mientras los persigues

Isabel Guerra, la monja pintora



Románico -Frómista (Palencia)

Pedro Salinas

No rechaces los sueños por ser sueños.
Todos los sueños pueden
ser realidad,
Si el sueño no se acaba,
la realidad es un sueño.
Si soñamos
que la piedra es la piedra,
eso es la piedra.
Lo que corre en los ríos no es un agua, 
es un soñar, el agua, cristalino.
La realidad disfraza
su propio sueño, y dice:
«Yo soy el sol, los cielos, el amor».
Pero nunca se va, nunca se pasa,
si fingimos creer que es más que un sueño.
y vivimos soñándola. ´
Soñar
es el modo que el alma
tiene para que nunca se le escape
lo que se escaparía si dejamos
de soñar
que es verdad lo que no existe.

Sólo muere
un amor que ha dejado de soñarse
hecho materia y que se busca en tierra.

Ramón Vilanova Forcada



lunes, 28 de marzo de 2011

Mario Benedetti

                         Papel mojado

Con ríos,
con sangre,
con lluvia,
o rocío
con semen,
con vino,
con nieve,
con llanto,

los poemas
suelen ser
papel mojado

Alexander Millar -A family day out

ET la diosa

Pedro Salinas

¡Cómo me dejas que te piense!
Pensar en ti no lo hago solo, yo.
Pensar en ti es tenerte,
como el desnudo cuerpo ante los besos,
toda ante mí, entregada.
Siento cómo te das a mi memoria,
cómo te rindes al pensar ardiente,
tu gran consentimiento en la distancia.
Y más que consentir, más que entregarte,
me ayudas, vienes hasta mí, me enseñas
recuerdos en escorzo, me haces señas
con las delicias, vivas, del pasado,
invitándome.
Me dices desde allá
que hagamos lo que quiero
—unirnos— al pensarte.
Y entramos por el beso que me abres,
y pensamos en ti, los dos, yo solo.

sábado, 26 de marzo de 2011

Voltaire

"Si existieran dos religiones en su tierra, las dos cortarán gargantas; 
pero si hubiera treinta, todos vivirian la paz.

Josep Ramoneda

Decía Josep Ramoneda en su articulo de 20 de los actuales sobre el “berlusconismo” que
Zapatero ha situado a su Gobierno en la vanguardia de la sumisión a las señales del dinero. Los banqueros y empresarios más importantes del país han gozado de una comunicación fluida y de una capacidad de influencia sin parangón. Y su huella está en un montón de leyes y de enmiendas de última hora, para atender los privilegios de aquí, los intereses de allá. Y cuando la influencia sobre el presidente no ha sido suficiente, los nacionalismos periféricos han utilizado sus votos para ejercer con eficacia el papel de lobby de sus propios sectores empresariales.
Metidos en la cultura del dinero y sin que desde la política se dieran señales de autoridad y defensa de otros valores, la corrupción ha seguido creciendo y cuando ha emergido ha encontrado a una ciudadanía con las defensas bajas, machacada desde todos los frentes -y especialmente el audiovisual- con la idea de que el dinero es el principio y el fin de todas las cosas y los políticos sólo están para estorbar y para robar. Esta es la cultura del berlusconismo, ni más ni menos.
Y crece y crece con un presidente del que probablemente se podrá decir que al final de su mandato ya no quedaba en el espectro televisivo español ni un solo canal que represente los valores antaño asociados a la izquierda.
Las relaciones entre poder económico y político forman parte de los conflictos permanentes -y necesarios- en una sociedad democrática. El poder político está cada vez más en desventaja, porque la globalización otorga al dinero un atributo de ubicuidad que no tiene el poder político, que sigue siendo nacional y local. Hubo un espejismo cuando estalló la crisis. Los principales países decidieron intervenir los bancos en posición catastrófica para evitar un desastre mayor. Aunque costaba entender que fuera el dinero de todos el que salvara los disparates de unos pocos, que salieron de rositas con sus bonos, por un momento parecía que el poder político se imponía. Y, en pura lógica, cabía esperar que tomara el mando y marcara las condiciones para no volver a las andadas.
Nada de eso. Los Gobiernos ya están otra vez al albur de las decisiones de los que se esconden bajo este eufemismo denominado mercados. Salvaron a los bancos, pero los bancos siguen mandando.
Y la ciudadanía atemorizada acepta la austeridad con resignación, mientras la factoría Berlusconi les entretiene con su discurso antipolítico, populista, misógino y descarado. ¿Es sostenible este equilibrio?

jueves, 24 de marzo de 2011


Libertad (Paul Eluard)


Sobre mis cuadernos de colegial
Sobre el pupitre y los árboles
Sobre la arena sobre la nieve
Escribo tu nombre

Sobre todas las páginas leídas
Sobre todas las páginas en blanco
Piedra, sangre, papel o ceniza
Escribo tu nombre

Sobre las imágenes doradas
Sobre las armas de los belicosos
Sobre la corona de reyes
Escribo tu nombre

Sobre la selva y el desierto
Sobre los nidos sobre las retamas
Sobre el eco de mi infancia
Escribo tu nombre

Sobre las maravillas de las noches
Sobre el pan blanco de los días
Sobre las temporadas desposadas
Escribo tu nombre

Sobre todos mis trapos de azul
Sobre el estanque sol enmohecido
Sobre el lago luna viva
Escribo tu nombre

Sobre los campos sobre el horizonte
Sobre las alas de los pájaros
Y sobre el molino de las sombras
Escribo tu nombre

Sobre cada soplo de aurora
Sobre el mar en los barcos
Sobre la montaña lunática
Escribo tu nombre

Sobre la espuma de las nubes
Sobre los sudores de la tormenta
Sobre la lluvia gruesa e insípida
Escribo tu nombre

Sobre las formas que centellean
Sobre las campanas de los colores
Sobre la verdad física
Escribo tu nombre

Sobre las sendas despertadas
Sobre las carreteras desplegadas
Sobre los lugares que desbordan
Escribo tu nombre

Sobre la lámpara que se enciende
Sobre la lámpara que se apaga
Sobre mis casas reunidas
Escribo tu nombre

Sobre el fruto cortado en dos
Espejo y mi habitación
Sobre mi cama vacía
Escribo tu nombre

Sobre mi perro codicioso y tierno
Sobre sus orejas elaboradas
Sobre su pierna torpe
Escribo tu nombre

Sobre el trampolín de mi puerta
Sobre los objetos familiares
Sobre el mar del fuego bendito
Escribo tu nombre

Sobre toda carne concedida
Sobre la frente de mis amigos
Sobre cada mano que se tiende
Escribo tu nombre

Sobre el cristal de las sorpresas
Sobre los labios atentos
Bien sobre el silencio
Escribo tu nombre

Sobre mis refugios destruidos
Sobre mis faros aplastados
Sobre las paredes de mi problema
Escribo tu nombre

Sobre la ausencia sin deseos
Sobre la soledad desnuda
Sobre las marchas de la muerte
Escribo tu nombre

Sobre la salud vuelta de nuevo
Sobre el riesgo desaparecido
Sobre la esperanza sin recuerdos
Escribo tu nombre

Y por el poder de una palabra
Reinicio mi vida
Nací para conocerte
Para nombrarte
LIBERTAD

Miguel Hernandez

Boca
Boca que arrastra mi boca.
Boca que me has arrastrado
boca que vienes de lejos
a iluminarme de rayos.
Alba que das a mis noches
un resplandor rojo y blanco.
Boca poblada de bocas
pájaro lleno de pájaros.
Canción que vuelve las alas
hacia arriba y hacia abajo.
Muerte reducida a besos,
sed de morir despacio,
das a la grama sangrante
dos tremendos aletazos.
El labio de arriba el cielo
y la tierra el otro labio.

Beso que rueda en la sombra
beso que viene rodando
desde el primer cementerio
hasta los últimos astros.

Beso que va a un porvenir
de muchachas y muchachos,
que no dejarán desiertos
ni las calles, ni los campos.

Cuánta boca ya enterrada,
sin boca, desenterramos

Bebo en tu boca por ellos,
brindo en tu boca por tantos
que cayeron sobre el vino
de los amorosos vasos.
Hoy son recuerdos, recuerdos
besos distantes y amargos.

Boca que desenterraste
el amanecer más claro
con tu lengua tres palabras,
tres fuegos has heredado
vida, muerte, amor. Ahí quedan
escritos sobre tus labios.

"Boca" musicalizada por Joan Manuel Serrat

Richard A Weatherwax

No necesitas la Biblia para justificar el amor
Pero no ha sido inventado mejor instrumento 
para justificar el odio

Colin Halliday