Las cosas que admiramos en los hombres, bondad, generosidad, franqueza, honestidad, entendemos y sentimos que son, en nuestro sistema, los fenómenos concomitantes del fracaso.
Y aquellos rasgos que detestamos, agudeza, avaricia, codicia, tacañería, egoísmo e interés propio son los rasgos de éxito.
Y mientras los hombres admiran la calidad del primero de ellos aman los productos del segundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario